

Dialogar requiere aprender a preguntar, aprender a escuchar y aprender a reflexionar sobre lo escuchado.
Es la comunicación que incluye la diversidad y reflexión profunda y compartida.
La constitución de espacios que favorezcan el diálogo en las organizaciones es garantía de desarrollo de habilidades «clave», así como un gran impulsor de escenarios de transformación co-creativa y de inclusión de diversidad de talento y aportan coordinación en los equipos en favor de un reto común de mejora colectiva.
Y por ello es para mí el eje de cualquier contenido de Taller/Curso/Proceso que diseño.
No deja de impresionarme en ellos la alternancia de sonidos en función de la propuesta, de la elección del silencio reflexivo y de escucha, al runrún de la conversación empática o la suave estridencia del diálogo en una sesión de un equipo co-creativo.
Hablar, conversar y dialogar. El paso de uno a varios y de ahí, a todos.
Del desarrollo individual de habilidades al de los equipos y de ahí a la transformación organizacional.
El diálogo tiene efectos individuales buscando un reto totalmente colectivo y social.
Tiene efectos positivos en el desarrollo de la práctica totalidad de las habilidades más importantes para ese futuro al que antes solíamos llamar «presente» y que con la velocidad del cambio se nos escapa de las manos.
-El diálogo enriquece la Creatividad individual al aportar nuevos puntos de vista y posibles conexiones diversas para estimular nuevas ideas. Si le aportamos a ese espíritu creativo su fin social y de creación de valor colectivo, sin duda podemos hablar de una potente herramienta de innovación colectiva.
-Estimula nuestra Flexibilidad Cognitiva, ya que al enfrentar esquemas mentales diversos, nos facilita la toma de conciencia y el traslado del observador que éramos a uno nuevo con una mirada más enfocada.
-Impulsa nuestro Pensamiento Crítico, al contrastar, con espíritu de superación, continuamente alternativas y evaluaciones de nuestra realidad, nuestras conclusiones, nuestro pensamiento.
Para Ortega y Gasset, dialogar era la base de la evolución y mejora continua del pensamiento (pensamiento crítico) y la amplitud de criterio (flexibilidad cognitiva).
-Nos guía en un viaje por el ciclo de la Inteligencia Emocional, desde el autoconocimiento, al autocontrol estimulado por el bien común, a la empatía que es condición imprescindible de su desarrollo y al caracter social de su contexto.
-Nos permite acercarnos a la Gestión de Personas desde una perspectiva de enriquecimiento individual y común, que nos acerca y nos compromete con su desarrollo. Que nos hace escuchar su lenguaje y su emoción y que nos obliga a incorporar la diferencia de su mirada.
-Enriquece nuestra Toma de Decisiones. Nos aporta criterios, opciones, transparencia ante las puertas por abrir.
-Nos orienta a la transversalidad, a la profundidad y a la visión 360º a la hora de afrontar la Solución de Problemas Complejos.
-Es un catalizador de energía y confianza en los Equipos.
-Y es que todo lo que genera empatía y flexibilidad, genera capacidad de Negociación.
-Reflexionar sobre la base de un fin no propio está en la base actual de cualquier pensamiento en clave de «Design Thinking» y por tanto Orientado al Cliente y a materializar esos pensamientos en aportación de valor para él.
Etimológicamente dialogar procede del griego «dia-logos». El encuentro entre dos logos (pensamientos) que buscan alcanzar una idea mejor o superior.
Y es que la etimología nos ofrece una imágen de la raíces de la palabras y las raíces nos guían a la esencia y a la distinción.
Los líderes transformacionales impulsan el diálogo en sus equipos, lo dotan de atmósferas creativas con potentes herramientas para impulsar su resultado, provocan la diversidad en las personas participantes para acentuar el enriquecimiento de sus colaboradores y la coordinación de sus equipos en la búsqueda de ese fin común social que el diálogo siempre anda buscando.
Dialogar transforma de una forma co-creativa y por tanto aporta inclusión cultural al resultado.
Y por encima de todo, dialogar es una auténtica experiencia de di-versión. (al menos dos versiones para una teórica realidad común).